“—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos! ”
Gustavo Adolfo Bécquer
Noche de muertos, una noche que nunca se pierde, permanece al acecho en el calendario, espera paciente el momento para salir de su escondite. Casi al llegar el ocaso del año se dice que ellos, los que un día se fueron, retornan a convivir con los que aún despiertan cada mañana. Se habla con total veracidad, pero es posible que los testigos no sean confiables, las historias se mezclan, se confunden en la oscuridad y el tiempo se encarga de convertirlas en frases difusas, ideas que también se van al llegar el día.
Aparecen cada año, solamente por unas cuantas horas en la tierra. Vuelven para remover el polvo, buscar sus memorias y hacer que no queden tiradas en el olvido. Una noche es suficiente, en ese pequeño instante ellos recuperan el tiempo que se perdió, lo acomodan en el lugar que le corresponde; o quizá son los vivos los que intentan no perderlo, es igual, de cualquier modo, no serán minutos desperdiciados.
No sabemos si es verdad que regresan esa noche o sólo es un mito, un intento de recuperar algo de las personas que se fueron. Se hace lo posible por creer que vuelven y, con ese breve pensamiento, retirar por un instante el peso de su infinita ausencia. Una noche contradictoria, vertiginosa mezcla de olvido y memoria, intento de llenar el hueco que abrió la nostalgia, encontrar la manera de salir del vacío que dejaron. Se busca la magia y hacer que sean algo más que recuerdos los que disfruten esa noche de la comida en una ofrenda. Parecería que los recuerdos necesitaran alimentarse para tirar la vestimenta de tristeza que los cubre. Durante esas horas la dura realidad queda oculta: las memorias son las que alimentan a los vivos.
Se confunden nuestras sombras con las de ellos. Tal vez es una misma extraña silueta en la penumbra, la del único certero futuro. La oscura imagen que se desliza lo muestra, el futuro que existe es corto, efímero; somos únicamente un intervalo.
Fragmento de “Retorno”, en mi libro Huella de Intervalos.
Mientras los tengamos en el corazon y memoria ellos siempre estan con nosotros sufrimos la perdida de un hijo hace 7 años y lo seguimos llorando
Ojalá que cada año regresen los que se fueron antes que nosotros, es una manera de indicarnos que aún viven y que nos están esperando.
Creo que las personas fallidas no se olvidan. He tenido sensaciones que luego tenemos platicas imaginarias con ellos. Aveces no se cuales son sus mensajes.
Emilio.
“El AMOR une a quienes la muerte,separa”
Me encanta leerte.
rescato tu frase: …”intento de llenar el hueco que abrió la nostalgia”
Están aquí mientras alguno de nosotros evoque su sonrisa, la mirada, el gesto y la palabra.
Con todo mi cariño
Mara
Con mucho cariño, Emilio, sobrino
Emilio Mendoza Saeb : Presente
Tengo que comprar este último de tus libros definitivamente.