Días de ausencias,
tiempo de recuerdos;
escribir para nada,
leer libros ancianos
y encontrar las mismas palabras.
Intentar no morir,
saber que es imposible.
Matar a saudade
de tomar un café sin miedo,
caminar entre piedras
para escuchar idiomas lejanos
y ver rostros completos.
Intentar vivir el día
sin saber cómo será la noche.
Días de muertes sin sentido,
funerales solitarios
y cercanos silencios;
días de matar a saudade
y abrazar a un extraño.
Poemas
Mi esquina
Viejo cruce de calles cansadas de tanto, tanto esperar al niño que en días lejanos con el ruido de su esquina escribía viejas leyendas , hoy sus dioses han muerto y solitario camina sin alma. Se fueron en la alcantarilla pedazos de añejas historias, juegos de fantasmas, tragos en un carro, algunas despedidas, besos escondidos en la noche, el asalto a un extraño. Mis pasos regresan iluminan sus aceras; es un breve destello, recuerdo sin huellas se desliza en el silencio como la sombra del gato que recorre mi vieja esquina.
Círculo nocturno
Dormir es un acto extraño, prueba de fe en cualquier cosa que guarda el alba, ceder inerme en la noche. ¿Morir sin despertar? Solo dormir sin pensar para quebrar el círculo nocturno de temores ignorados, esperar. Un rastro de confianza, el amanecer.
Silencio
Tanto tiempo callado
en días sin lluvia, sin sol
de sombras ausentes en la acera.
Tantos silencios sin disculpas
en noches vacías de tormentas
de ciegos que caminan
entre tumbas que reclaman.
Si hasta los muertos
hablan en la sucia ausencia
¿Cómo es que tú, poeta
callas en la niebla?
Inicio
Otro nuevo espacio,
el infinito en blanco,
la pluma hace guardia
y el viento, ese viento
que trae prisioneros
los tira, los deja
que murmuren, hablen;
la tinta se derrama,
amolda las palabras;
otro nuevo espacio
infinito en versos.
La noche escribió historias
La noche escribió historias olvidadas que la lluvia dejó en la obscuridad; amanecer inerte, a veces tan vacío, a veces tan ausente. La acera despierta en frío silencio, pasos de viejos minutos, sus huellas dejan grietas en el duro concreto, a veces tan pesado, a veces tan longevo.
He visto
He visto gente que rompe versos
como quien rompe un nudo,
ojos que sólo ven palabras huecas
en la noche de los viejos,
encuentros que se olvidan
perdidos entre libros rotos, sus letras
abandonadas en un bosque
de sílabas sin madrugadas.
He visto parques que se quiebran,
ramas tiradas, hojas sin viento,
árboles que piden limosna
en tierra de sequía,
niños que juegan
sobre el frío pavimento sin lluvia,
extrañar la calidez del fango
en la calle de los muertos.
He visto manos que duermen,
calles vacías, personas hipócritas
sembrar halagos con pasos de hielo,
historias muertas en la escarcha
sin escuchar su aliento.
Los he visto,
versos enterrados, sus mortajas
al lado de mi lápida.
Calles
Las calles no hablan
son ríos de silencio
no guardan secretos
no tienen memoria
las calles no escuchan
la violencia gastada
suplicantes gritos
de gente asaltada
las calles son ciegas
sus imágenes resbalan
se van por coladeras
se deslavan
se pierden
las calles sólo llevan
esas miserables vidas
de aquellos que caminan
aquellos que no olvidan.
Del libro Rastros de Tinta, de Emilio Mendoza de la Fuente, Editorial Abismos.
A veces
A veces doy vuelta en la esquina
sobre los mismos recorridos,
a veces me pierdo en mis calles
el viento murmura en mi oído.
A veces son los mismos pasos
y jamás encuentro mi rastro,
(a pesar de lo que otros dicen)
a veces doy vuelta en la esquina,
un ciego en mi barrio perdido.
A ratos
A ratos yacen muertas
mis quebradas palabras,
escritas por un tiempo
dormido en el infierno,
se pierden bajo el fango;
lodazal de memorias.
A ratos yacen muertos,
mis quebrados recuerdos.