Dedicado a Sergio Martínez…
Empezamos el 2011 con una extraña mezcla de noticias y sentimientos. Justo comenzando el año me enteré que un amigo de la carrera de Ingeniería falleció en las vacaciones y casi de manera simultanea recibí un mensaje en mi Facebook de un excompañero de la secundaria, del cual no sabía nada desde hace más de 30 años. Casi polos opuestos en un pequeño espacio de tiempo: Un amigo se va, otros regresan; es el caótico ritmo de la vida, podemos pasar semanas encerrados en el tedio del trabajo, casa, amigos de siempre y de pronto, un violento y repentino aviso nos hace reflexionar si el tedio en el que vivimos es real o es algo que creamos sin darnos cuenta para intentar hacer nuestra vida más tranquila. Si la actitud es vivir en el tedio diario, sin sorpresas, en el fondo lo que realmente estamos tratando de hacer es tirar a la basura un poco de angustia, sabemos que lo que nos preocupa: o lo podemos resolver o lo aceptamos como parte de lo que “nos tocó vivir”. Decisión de cada uno, pero siempre habrá esos pequeños golpes que nos hacen reflexionar si esa vida aburrida es la decisión correcta.
Vivir aburrido o intentar descubrir cada día algo diferente… Se dice fácil… es más, esto ya parece párrafo de libro de autoayuda (que aquí entre nosotros: los odio) y ese no es mi estilo; por lo que: Hagan lo que quieran, después de todo es la vida de cada uno y cada quien decide como la vive.
Yo ya decidí, no se trata de corregir el rumbo, sino de ver el horizonte de otra manera. La muerte repentina de mi amigo me hizo pensar si vale la pena perder los paisajes por tener la vista fija en la dirección que tomamos, la posibilidad de que no llegar al puerto siempre esta ahí. Recuerdo alguna vez que maneje un carro en un autódromo, un amigo me preguntó: ¿Qué diversión tiene dar vueltas y vueltas si no llegas a ningún lado? No se trata de llegar, sino de disfrutar cada curva de la pista, le respondí. A veces, por pensar solo en la meta perdemos el sentido del viaje; de todas maneras el barco sigue navegando y ya que vamos trepados en él, por lo menos disfrutemos la jornada.
Un amigo se fue, me deja muchos recuerdos alegres, mucho sentido de vida. No quiero quedarme solamente con el pasado y las memorias de los amigos que aún están aquí, tengo mucho por descubrir con ellos.
Muy bueno Emilio. Me gustó
bueno pues dos cosas primero la edad ya te alcanzo, segundo tienes mucho tiempo libre. saludos
Esta bueno, es muy del estilo de German Dehesa; ya ponte a trabajar.