En estos últimos días coloqué en el msg una serie de imágenes bastante depresivas, fue lo más depresivo que pude encontrar en la red, en parte como juego y en parte porque no me sentía muy bien. Varios factores están influyendo en ello: mi hija esta lejos de casa y regresa hasta el mes de julio del 2011, la lentitud de algunos negocios y la infinita y vana búsqueda de talentos escondidos en mi.
Pero vamos por partes: El proyecto del libro que estoy escribiendo entró en una fase de pausa por falta de inspiración, necesito tener un poco más de esfuerzo para poder armar bien el concepto general; están surgiendo varias ideas para más cuentos, ideas que espero queden plasmadas en el libro.
Desde hace como un mes tengo como compañera a una inseparable libreta de apuntes. Para retener ideas intenté usar mi memoria, tarjetas, la grabadora de voz del teléfono celular, pero descubrí que lo que mejor funciona es la sencilla libreta de apuntes. Una “moleskine” que compré en el último viaje a los Estados Unidos; es una maravilla, el tamaño perfecto, el papel ideal para escribir con pluma fuente, con un listón para que no se esté abriendo. En México solo las he encontrado en las librerías del Fondo de Cultura Económica y no siempre tienen el modelo que uso, afortunadamente esta el recurso de Amazon. Lo más simple es siempre lo que mejor funciona, no cabe duda de ello.
El proyecto esta avanzando, he escrito tres cuentos, los cuales no me satisfacen , uno muy estúpido, otro con un fondo bastante depresivo y el último lo siento una especie de refrito de una idea bastante vieja. Han salido otras ideas para escribir, lo bueno es que todas están dentro de la libreta, algún día generarán una historia, es solo cosa de armarlas bien. Lo duro es cada vez que leo algo que he escrito le encuentro mil y defectos, de la historia, de redacción, etc.. Soy mi peor crítico hasta el momento y eso me hace sentirme más deprimido.